No es de extrañar que Ana Rosa Quintana se haya convertido en la reina de las mañanas gracias a su programa en telecinco, desbancando a grandes comunicadoras como Inés Ballester y la incombustible María Teresa Campos. A sus dotes de comunicadora y moderadora conciliadora, se une una cuidada selección de temas que abarca desde realitys como Gran Hermano y noticias del corazón hasta crónica de sucesos y debates políticos que generen audiencia, aunque se alejen de lo políticamente correcto.
Pero no vengo a hablar de esta señora sino de su programa, o más bien, de la oscura e intrigante motivación del mismo para llevar a cabo una campaña de acoso y derribo contra la cantante Chenoa.
Bien es sabido que la hispano-argentina, en un intento de reconducir su carrera (y promocionar su nuevo y exitoso disco "Nada es igual") por los cauces más serios musicalmente hablando (lo que se agradece), ha optado por no acudir a ciertos programas de televisión "rosa" donde se le ha criticado duramente y hecho daño durante la etapa post-ruptura con Bisbal, entre los que se encuentra el mencionado espacio televisivo de Ana Rosa.
Esto no ha sentado nada bien al programa, inclusive presentadora y colaboradores. Incapaces de asumir que su programa no está a la altura de la artista mallorquina, son palpables los dardos envenenados que disparan contra ésta cada vez que tienen la oportunidad.
Así pudimos comprobar, in situ, como, con motivo de la entrevista concedida por Chenoa a la "Revista 40", se vapuleó, humilló e insultó a la cantante durante una semana, día tras día, como consecuencia de la descontextualización y manipulación que en este programa se hizo de la entrevista, dejando la profesionalidad de estos periodistas por los suelos. No fue de extrañar que a la semana siguiente se disculparan públicamente y recularan en muchas de las acusaciones que vertieron en su momento contra la cantante, posiblemente debido a un "tirón de orejas" de las esferas más altas de la cadena atónitas al presenciar el pataleo público de los contertulios por las reiteradas negativas de Chenoa a acudir a su programa, y visto lo visto, hace lo mejor.
Y es que sentó muy mal a la prensa rosa de este país que Chenoa eligiera una revista musical para hablar de su vida cuando ella creyó oportuno, en los términos que consideró necesarios, donde quiso y sin cobrar un duro. Pues meses de acoso diario e intimidatorio a la cantante por conseguir declaraciones sobre su ruptura con el almeriense no han hecho más que empeorar las relaciones de ésta con este tipo de prensa.
Pero volviendo al hilo del tema, mi verdadera motivación en este artículo viene tras ver ayer, en el programa de la Quintana, otro intento de dañar la imagen pública de Chenoa. En esta ocasión hablaban de la entrevista que ésta ha concedido a la revista "Mujer hoy", en la que la novia de Álex González nos confiesa (aunque ya lo hiciera hace dos años) el principio de cáncer de cuello de útero que sufrió cuando se independizó de sus padres, a los 20 años, y que consiguió superarlo gracias a la extirpación del tumor. En dicho reportaje, la intérprete comenta "Para mí, el cáncer es algo casi psicosomático: cuando "tragas" mucho, el cuerpo lo escupe por donde quiere.". Como era de esperar, toda frase de Chenoa susceptible de ser criticada es sinónimo de ataque para este programa. La colaboradora Paloma García-Pelayo (Korpa) se mofó de las declaraciones de la artista sobre este asunto y la recomendó visitar al oncólogo para que le diera un par de lecciones.
Bien es cierto que Chenoa no es una experta en el tema, pero no pretende sentar cátedra sino simplemente dar su opinión sobre un principio de enfermedad que ella padeció y que, gracias a Dios, cogieron a tiempo. Pero mira por dónde
no iba tan desencaminada y es que de nuevo, a nuestros amigos de Ana Rosa, les ha vuelto a salir el tiro por la culata.
Señores "periodistas", el documentarse sobre un tema y hablar con objetividad del mismo sin dejarse llevar por apreciaciones personales hacia una u otra persona, suele venir muy bien a la hora de ejercer su trabajo, y que les tenga yo que dar lecciones...