11 abril 2007

¿Por qué lo llaman antipatía cuando en realidad quieren decir paciencia?

No entiendo a la prensa de este país. Definitivamente, no la entiendo. Ahora resulta que proponen a Chenoa para los premios limón, esos de las narajas y los limones que dan todos los años a los famosos buenos y malos. Como no podía ser de otra forma, Chenoa entra en el grupo de los famosos malos por declinar amablemente preguntas callejeras en torno a su relación con su ex-ex, sobre la que le siguen interrogando pasados dos años. Quizá también sea mala, malísima, por tener amigos y no novios. Y porque le salen padres de debajo de las piedras...

De igual manera, quieren tildar de malas personas a Amargo y a la Obregón por sus escapadas a Miami, espantadas que para otros son motivo de nominación positiva: se ahorran tener que contestar durante dos años a la misma pregunta, con lo que evitan quedar mal. ¿A que mola?

En fin, que lo que molesta no es que Chenoa esté en el grupo de los malos, sino que otros estén en el grupo de los buenos, a pesar de prohibir preguntas personales en sus ruedas de prensa y amenazar con pirarse de las entrevistas si le mentan a la ex. Eso sí, siempre les queda tiempo para salir en portada con un buen posado en Bora Bora. Manda huevos, que diría el otro.

Lástima de mundo en el que se premia la hipocresía, la falsedad y la sonrisa forzada, y se castiga a quienes se expresan de manera sincera. Pero vamos, que si todas las malas personas son como Iker Casillas y Fernando Alonso, ¡que viva la mala gente!